Carmen Cruz es otra valiente superviviente de cáncer de mama. Una mujer que, aunque siempre cuidó de su salud, enfrentó esta enfermedad de manera inesperada, como tantas mujeres que un día reciben un diagnóstico que cambia su vida por completo.
En medio del momento más difícil, decidió ser fuerte. Se aferró a una promesa que le hizo a su mamá, una promesa que con el tiempo se convirtió en su mayor impulso, su motor y su fortaleza.
Carmen inició su tratamiento en el Centro Internacional de Cáncer, donde recibió atención integral, acompañamiento humano y la tecnología necesaria para enfrentar su enfermedad con esperanza. Cada sesión, cada consulta y cada paso formó parte de un proceso que hoy recuerda con gratitud, porque encontró profesionales que le brindaron no solo tratamiento, sino también confianza y apoyo.
Hoy, Carmen comparte su historia para inspirar a otras mujeres a no dejarse vencer por el miedo, a escucharse, a cuidarse y a confiar en que siempre existe un camino lleno de luz, cuidado y esperanza.




