Dr. Eduardo Lovo, Neurocirujano oncólogo
La Cirugía Cerebral con paciente despierto es ahora posible en El Salvador gracias a los avances tecnológicos en Neurocirugía y Radiocirugía introducidos por el Hospital de Diagnóstico y el Centro Internacional de Cáncer.
Fue hace poco que recibí por primera vez en mi consultorio a Sandra (nombre ficticio), quien venía acompañada de su hija. Hasta hacía poco tiempo, Sandra era directora de un colegio en un país vecino.
Sandra apenas podía expresar unas palabras entendibles, entremezcladas con jerigonza. Su cara denotaba pena y frustración porque claramente sabía que no podía comunicarse conmigo.
Su hija me comentó que recientemente a su madre le habían diagnosticado un tumor cerebral y que le dijeron que era inoperable y que había poco o nada que hacer. También le dijeron que el tumor cerebral que tenía era un Glioblastoma, el peor entre los tumores cerebrales malignos.
Al observar las imágenes de su estudio de Resonancia Magnética cualquier neurocirujano se desanimaba al ver que era un tumor grandísimo y que abarcaba zonas importantes en el hemisferio izquierdo del cerebro.
A medida que conversábamos sentía que algo no hacía “clic”, pero no lo podía identificar claramente. Aparte de su problema del habla, Sandra se encontraba perfectamente bien, aun cuando las imágenes radiológicas indicaran que ella debía estar hospitalizada de gravedad.
Finalmente llegó el día de la cirugía y como se le explicó a la familia, durante más de una década hemos tenido la fortuna de ver y practicar muchas operaciones de tumores cerebrales, así que, junto al equipo de especialistas hicimos nuestro mejor esfuerzo durante la intervención para extraer el tumor sin lastimar su cerebro sano. Durante toda la operación, a Sandra la mantuvimos despierta. Esta es una técnica moderna que nos permite un mejor control durante la resección del tumor.
Con la operación de Sandra llegamos a las 200 cirugías cerebrales practicadas con el paciente despierto y para mí representa un peldaño histórico muy importante; una década de aciertos, pero también de errores y aprendizaje.
El resultado de la operación fue que pudimos remover la mayor parte del tumor logrando que la paciente recuperara el habla, casi inmediatamente.
Para sorpresa de todos, el tumor que extrajimos no resultó maligno sino un tumor benigno llamado Meningioma, cuyo pronóstico de vida es muy bueno.
La experiencia durante estos años nos ha permitido aprender muchas lecciones; una de ellas es que, si el paciente y su familia no se han dado por vencidos ¿Quiénes somos para no ofrecer el máximo esfuerzo?
Otra, es que cuando todo parece perdido y fuera de cualquier tipo de explicación, se debe tener fe para que ocurran milagros.
Gracias a los avances tecnológicos que el Hospital de Diagnóstico ha aportado a la Neurocirugía en El Salvador, hemos tratado quirúrgicamente a más de 500 pacientes con tumores cerebrales. Asimismo, en el Centro Internacional de Cáncer hemos atendido a un mismo número de casos, utilizando radiocirugía intracraneal, un método muy avanzado, no invasivo y sin dolor, que nos permite tratar tumores cerebrales sin necesidad de intervenir quirúrgicamente, ni hospitalizar al paciente.
Al igual que nosotros muchos colegas han aprovechado esta visión y apertura por parte del Hospital de Diagnóstico y del Centro Internacional de Cáncer y así han beneficiado a muchos pacientes con tumores cerebrales. En la mezcla entre la tecnología y el deseo de servir es donde comenzamos a ver los grandes avances de la medicina: cuando lo inoperable se vuelve operable y cuando aquello que anhelamos; lo inaccesible, empieza a ser accesible para los pacientes.