Dr. Mauricio Trabanino,
coloproctólogo.
El intestino grueso o colon es la parte final del sistema digestivo y como cualquier tejido del cuerpo humano puede desarrollar tumores benignos y tumores malignos (cáncer). Los tumores malignos pueden comprometer la vida de la persona, por lo que todos debemos estar atentos a los signos y síntomas que estos pueden presentar.
Los tumores malignos de la región colorrectal son los responsables de generar cáncer en el área del colon o recto. Esta enfermedad puede desarrollarse sin presentar síntomas, y cuando aparecen es difícil obtener resultados positivos. Los síntomas más frecuentes de esta enfermedad son el sangrado, dolor abdominal, cambios en los hábitos de evacuación, pérdida de peso y náuseas.
Cuando un paciente presenta estos síntomas, es de suma importancia que consulte con un coloproctólogo, especialista en colon, recto y ano. De acuerdo al análisis de los síntomas que presente el paciente, el médico realizará un examen físico y otros que estime necesarios para brindar un diagnóstico certero.
Por ejemplo, en el caso de un tumor maligno en la región colorrectal se debe realizar una colonoscopia o un enema baritado. La colonoscopia es una excelente alternativa, ya que a través de ella se puede realizar una visualización completa del intestino grueso, hacer intervenciones por medio del colonoscopio, y tomar cualquier tipo de biopsia.
Respecto al tratamiento para tumores malignos del colon, se recomienda la cirugía. Dependiendo de la localización anatómica del tumor maligno se decide que porción del colon se extirpará. Una vez finalizada la cirugía, la evaluación de la pieza anatomopatológica es de suma importancia, pues indica si el paciente ha sanado o si necesita quimioterapia.
Por otra parte, los tumores del recto son tratados con radioterapia y quimioterapia preoperatoria, posterior a estos procedimientos se realiza la cirugía.
La sobrevida del paciente con tumores malignos de colon dependerá de qué tan avanzada este la enfermedad en el momento del diagnóstico. Por ello es elemental realizarse una colonoscopia a partir de los 50 años como un chequeo rutinario para reducir el riesgo de padecer esta enfermedad.