La detección temprana puede cambiar una vida.
José Ángel García nunca imaginó que podría enfrentar un cáncer de próstata. Como muchos hombres, evitaba el examen, restándole importancia y hasta bromeando sobre él. Pero un día tomó una decisión que cambiaría por completo su historia: hacerse el examen. Y entonces llegó el diagnóstico.
Con un pasado familiar marcado por esta enfermedad, la noticia fue especialmente difícil de recibir. Aun así, José Ángel no estuvo solo. Su esposa, Claudia de García, fue su impulso y su voz de alerta. Con insistencia, amor y un apoyo incondicional, lo motivó a realizarse todos los estudios necesarios, aun cuando él dudaba o sentía temor.
Gracias a ese acompañamiento y a su propia valentía, el cáncer pudo ser detectado a tiempo. Estaba localizado, lo que permitió iniciar un tratamiento oportuno y con un pronóstico favorable. Cada paso del proceso fue una mezcla de incertidumbre, esperanza y determinación, pero José Ángel lo enfrentó con fuerza, recordando que actuar a tiempo es una oportunidad que no siempre regresa.
Hoy, tras completar su tratamiento, José Ángel está sano. Mira hacia atrás con gratitud y hacia adelante con la convicción de que su historia puede ayudar a otros. Por eso comparte un mensaje que quiere que todos los hombres escuchen: no esperés a tener síntomas, no dejés tu salud para después y no subestimés el poder de un chequeo a tiempo.
Su experiencia es una prueba más de que la detección temprana no solo salva vidas… también devuelve esperanza.



