Por Dra. Cecilia Monroy.
Los cuidados de seguimiento después de que un paciente ha terminado su tratamiento para el cáncer, consiste en visitas rutinarias de control que incluyen evaluaciones de los antecedentes médicos del paciente, exámenes físicos, procedimientos de exploración con imágenes, análisis de sangre y otras pruebas de laboratorio. El principal propósito de estos cuidados es detectar la posible reaparición de la enfermedad o una metástasis (migración del cáncer inicial a otro órgano o tejido) no detectada previamente.
Es importante que los pacientes consulten con su oncólogo o especialista de confianza si se da alguno de los siguientes escenarios: Síntoma que pueda indicar la reaparición del cáncer, cualquier dolor o molestia, cualquier problema físico que interfiera con la vida cotidiana, presencia de problema emocional como ansiedad o depresión.
La programación y frecuencia de las citas médicas para dar seguimiento a cada paciente deben ser personalizadas y definidas entre el médico tratante y el paciente, tomando en cuenta los resultados del tratamiento y las necesidades específicas de cada persona.
Algunas preguntas que todo paciente debe consultar a su médico una vez finalizado su tratamiento son:
¿Qué tratamientos y fármacos he recibido?
¿Con qué frecuencia debo de ir a una visita de control?
¿A qué doctor debo visitar para mis cuidados de seguimiento?
¿Cuál es la probabilidad de que mi cáncer regrese o que aparezca otro tipo de cáncer?
¿Qué pruebas de seguimiento, si las hay, necesitaré y con qué frecuencia necesitaré dichas pruebas?
¿De qué síntomas deberé estar pendiente? Si se presentan cualquiera de dichos síntomas, ¿a quién debo llamar?
¿Cuáles son los efectos comunes a largo plazo y los efectos tardíos del tratamiento que recibí?
¿Qué es lo que deberé hacer para mantener mi salud y bienestar?
¿Tendré problemas para obtener seguro médico o para conservar mi trabajo a causa del cáncer?
¿Hay grupos de apoyo a los que pueda acudir?
Es común que un paciente sienta tensión, depresión o ansiedad durante o después de su tratamiento. Puede ser de mucho beneficio hablar de sus sentimientos con su familia, amigos, con profesionales médicos, con otros pacientes, consejeros o terapistas. Es de suma importancia que cada paciente tenga una excelente relación con su médico, ya que será la persona que mejor puede orientarle en cualquier etapa del padecimiento o después de su tratamiento.